Feuillassier volvió a su casa tras el debut en Real Madrid. El mediocampista marplatense regresó a Cadetes, el lugar en el que dio sus primeros pasos como futbolista. Ofreció una charla junto a Santiago Rosales (Racing) y Ezequiel Bonifacio (Gimnasia y Esgrima La Plata).
Por Juan Miguel Alvarez
Francisco Feuillassier vivió un año de ensueño, pero se mantiene con los pies sobre la tierra. Pocos días después del debut oficial en Real Madrid, uno de los clubes más importantes del mundo, regresó de vacaciones a su ciudad natal y visitó el lugar donde metió sus primeros goles: el parqué de Cadetes, en la calle San Juan.
Allí le contó su experiencia a los chicos de las divisiones inferiores del club y se tomó unos minutos para hablar con LA CAPITAL.
“Franchu” no puede ofrecer una entrevista más íntima y contestar sobre Real Madrid por un acuerdo contractual. Pero igual atendió la petición con amabilidad, recordó sus inicios y contó su ilusión de vestir de albiceleste. “Mi sueño es jugar en la Selección Argentina”, confesó.
El mediocampista ofensivo no fue tenido en cuenta para las selecciones menores de Argentina, pese a ser una de las figuras del Juvenil “A” de la Casa Blanca que logró el triplete: Liga, Copa del Rey y Copa de Campeones.
Pero tampoco su nombre apareció en alguna lista después de ser convocado por Zidane para la pretemporada con el plantel superior en Estados Unidos y de disputar un par de encuentros en la Copa del Rey. Encima, tiene doble nacionalidad y, lógicamente, es seguido de cerca para vestir los colores en España. “Todavía no hubo contacto con AFA. Pero yo voy a estar atento y predispuesto siempre. Mi sueño es jugar en la Selección Argentina. Pero la vida da muchas vueltas, así que no puedo prometer nada. Solo que es mi prioridad en todo momento“, expresó. Para que algunos vayan tomando nota.
“La verdad que no esperaba esta actualidad tan pronto (ndr: tiene 19 años). Pero uno siempre tiene que estar preparado y aprovechar la oportunidad. Yo todavía estoy iniciando un camino. Creo que todavía no llegué. Soy conciente que pertenezco a la reserva, las inferiores, y me queda mucho por trabajar. Yo prometo que lo voy a intentar hasta el final y que me voy a esforzar al máximo”, expresó sobre el momento que vive.
Hay que recordar que “Franchu” juega habitualmente en el Real Castilla dirigido por Santiago Solari (la filial del “merengue”), que compite en la Segunda División “B” de España (tercera categoría). Pero es tenido en cuenta por Zidane, quien tras la pretemporada lo hizo debutar oficialmente ante Fuenlabrada por Copa del Rey, ingresando unos minutos como visitante y después, ya como titular en el mítico Santiago Bernabeu, donde fue reemplazado nada menos que por Gareth Bale. También fue al banco de suplentes por la Liga BBVA ante Real Sociedad.
“Trato de aprender de los mejores jugadores del mundo. Ver la humildad que tienen, cómo trabajan”, dijo sobre la convivencia con las principales figuras del equipo, sin explayarse demasiado por los motivos antes mencionados.
“Franchu” sostiene la pelota, con el arco del parqué de Cadetes de fondo.
“Creo que todos los días se puede aprender, estés donde estés. No importa quién seas o lo que hayas logrado, la humildad es la base de todo. El día que no tenga eso voy a perder la capacidad de aprender y crecer como persona”, dijo sobre cómo vive este presente tan particular en un lugar deseado por cualquier futbolista.
“Franchu” jugó su último partido con el Real Castilla y enseguida viajó a Mar del Plata para tomarse unas cortas vacaciones y pasar Navidad con amigos y familiares. “Siempre es un orgullo poder venir a la ciudad donde crecí para ver a la gente que tanto quiero. Es hasta necesario para mí y me genera alegría. Venir a disfrutar del clima y de la ciudad, que es hermosa. Aprovechar estos pocos días que tengo sin dejar de entrenar, claro”, explicó.
En el mismo sentido, amplió: “Creo que los inicios nunca hay que olvidarlos. Cuando estás en una buena situación como ahora, la clave es sentirte orgulloso de tus raíces. Eso te hace feliz”.
Feuillassier llegó una hora antes de lo estipulado a la sede de Cadetes, recorrió las instalaciones y charló con todo el mundo. Con total naturalidad, como dentro del campo de juego. Sobre su infancia en el Cadetes ’98, recordó: “Siempre disfruté mucho, aprendí un montón de cosas y conocí gente que hoy sigue al lado mío. Muchos son amigos y a otras personas hoy las vuelvo a ver después de un tiempo. Estoy pendiente de mis ex compañeros. Con todos intento mantener el contacto, sobre todo para cuando vengo o si ellos van allá, estoy para lo que necesiten”.
También se refirió al momento crucial en su vida, cuando a los 12 años fue a vivir a España junto a sus padres y su hermano Santiago, quien ya estaba jugando en Real Madrid. “Al principio te asusta un poco el cambio. Yo era muy chico, no era conciente de muchas cosas. Eso también me ayudó a adaptarme más rápido al país. Pero, al fin y al cabo, iba al mejor club del mundo“, contó. Nueve años después, tras mucho esfuerzo y perseverancia, cumplió el sueño de jugar en la máxima categoría de Real Madrid. Como dijo, su camino recién empieza. Pero pase lo que pase en el futuro, Cadetes y Mar del Plata serán un cable a tierra. Aquí lo esperan siempre con los brazos abiertos.
Los ídolos al alcance de la mano
Francisco Feuillassier, de Real Madrid, Santiago Rosales, actuamente en Racing, y Ezequiel Bonifacio, de Gimnasia y Esgrima La Plata, aceptaron la invitación de Cadetes para ofrecer una charla y firmar autógrafos a los chicos de las inferiores.
En la reunión también fueron oradores Juan Esnaider, principal responsable del proyecto que gestó tantos buenos valores, Mariano Andreano, entrenador desde hace varios años y actual coordinador en el club, y el directivo Horacio Tornato.
Todos coincidieron en algo. El que pasa por Cadetes, queda con un sentimiento especial por club. Y siempre vuelve.
Benjamín Puga (categoría 2009) tomó la posta, mostró sus dotes de periodista y se encargó de las preguntas para los tres protagonistas. Se llevó el abrazo de Rosales, de quien es fiel seguidor, y una foto con la firma del mediocampista de Real Madrid. Después hubo sorteos de pelotas, con el autógrafo de los ídolos. Y más fotos, con todos.
Porque Cadetes es eso, “una gran familia”, como la denominó Esnaider, alguien que conoce y mucho al club, más allá que hoy lo separen miles de kilómetros.
Los chicos se fueron llenos de alegría. Compartieron una linda jornada con sus espejos a seguir. Quizá, el día de mañana, uno de ellos sea quien comparta su propia historia.